Vaqueros inaugura la escuela de box del "Artillero Velazco"
- sportmediasalta
- 22 mar 2016
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Hoy a las 19 horas quedará inaugurada la Escuela Municipal de Box Hector Javier " El Artillero" Velazco en la localidad de Vaqueros (Salta). El ex campeón del mundo estará presente en el acto.

Estará presente el Gobernador Dr. Juan Manuel Urtubey, el Intendente de Vaqueros Daniel Moreno, el Intendente de Salta Gustavo Sáenz, la Senadora Silvina Abiles, el Secretario de Deportes Sergio Plaza, los Concejales Mario Moreno, Romina Arroyo, David Leiva, Luis Hosel y Lihue Figueroa, entre otras autoridades que acompañarán al Ex Campeón Mundial Hector Javier Velazco al corte de cinta de la escuela de Box que funcionará en el Complejo Municipal de Vaqueros y llevara su nombre.
Además, el Astillero Velazco dictará clínicas de capacitación a los jóvenes como así también a los técnicos de boxeo.
Su rica carrera lo llevó a consagrarse a nivel mundial aquél 13 de mayo de 2003 sobre la mítica lona del Luna Park, en un ring histórico para el boxeo sudamericano que lo vio con los puños en alto y entre lágrimas gritando ¡campeón del mundo!, en una pelea que quedará guardada en su retina, cunado el húngaro András Galfi movía su cabeza pidiendo que el castigo termine, y consagrando a Velazco con la corona de los peso mediano de la Organización Mundial de Boxeo.
La vida de Héctor Javier Velazco fue siempre una pelea. Le tocó luchar contra la propia infancia que lo encontró en una familia humilde de bajos recursos junto a sus padres y cinco hermanos que fueron buscando su propio destino, como lo hizo él que ya en 1990 soñaba con un título del mundo, y estampó ese sueño en el asfalto fresco de un Boulevard que fue sellado durante su construcción con la leyenda “Velazco campeón del mundo”, un anhelo que a fuerza de voluntad se concretaría trece años después, con el overol puesto en cada amanecer que lo encontró corriendo por la playa desde el sur de la ciudad hasta la ruta, y dentro de los gimnasios donde derramó litros de sangre y de sudor, recibiendo golpes y más golpes, soportando el dolor al que la vida lo acostumbró, y el que él mismo aceptó para llegar a trascender fronteras como ningún otro geselino logró a lo largo de la corta historia de Villa Gesel.
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